martes, 27 de septiembre de 2016

Ya es paz en Colombia

Por Colombia Informa

Ante una plaza llena y vestida de blanco, acompañado por mandatarios de todo el continente y por el secretario de la Organización de Naciones Unidas Ban Ki-Moon, el Gobierno Nacional en cabeza de Juan Manuel Santos y Rodrigo Londoño "Timochenko" de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia -FARC-EP-, firmaron el documento que consigna lo discutido por cuatro años en La Habana, Cuba.

Un acto lleno de simbolismo

Santos encabezó el inicio del acto con la apertura de una puerta hacia la paz. Detrás suyo Londoño, Ban Ki-Moon, el presidente de Cuba Raúl Castro, la presidenta de Chile Michel Bachelet, el presidente de Venezuela Nicolás Maduro, el canciller de Noruega Jorge Brende, entre otros mandatarios latinoamericanos.

Lo recibió una plaza atiborrada de gente vestida de blanco que entre aplausos y gritos ovacionó más a Humberto de La Calle Lombana, jefe negociador del Gobierno, que al mismo Juan Manuel Santos.  Acto seguido se entonó el himno nacional y se hizo un minuto de silencio por todos los colombianos y colombianas muertos en la guerra.

Pero, sin duda, lo más simbólico fue el coro de Cantaoras de Bojayá, víctimas de la masacre perpetrada por las FARC en esa localidad, que en medio de sus cantos tradicionales por la paz preguntaron a Juan Manuel Santos: “¿Qué pasará con los otros grupos armados?”.

Discursos

En un emotivo discurso, el máximo jefe de las FARC se comprometió a cumplir todo lo acordado y pidió al país que también desarme sus mentes y corazones. Timochenko inició con una contundente frase, “Nuestra única arma será la palabra”, y con un saludo a los marginados de los cinturones de miseria de Cartagena: “Ustedes, quienes están deseando estar  en la celebración y no pudieron, los abrazo. Ustedes con el resto de la sociedad serán artífices de la paz”.

Hizo alusión a las luchas de Marquetalia y sus fundadores, Manuel Marulanda Vélez y Jacobo Arenas. Además a Alfonso Cano, Jorge Eliécer Gaitán y Gabriel García Márquez. Sentenció que la X Conferencia de su organización refrendó, de manera unánime, los acuerdos concretados y aceptó la creación del partido o movimiento político que integrarán. “Pasamos definitivamente de la forma clandestina a lucha abierta y democrática”. 

También insistió en la idea de que las FARC entrarán a la política sin armas y que la clave de todo el proceso está en al implementación de los acuerdos. “El pueblo es el principal garante de los acuerdos. Las FARC van a a cumplir y esperamos que gobierno cumpla”. Sorprendió su alusión a la necesidad de una paz negociada entre Israel y Palestina, y la urgencia de ponerle fin a la guerra Siria.


De forma contundente afirmó que “aquí nadie ha cambiado sus ideas”. Señaló además que el acuerdo es resultado del trabajo de todo el país. Timochenko terminó su discurso ofreciendo perdón a todas las víctimas del conflicto en nombre de su organización. Interrumpido por algunos aviones militares, el jefe de las FARC sentenció: “No vienen ya para descargar bombas, sino paz”.

Por su parte, Juan Manuel Santos agradeció a los jefes de Estado presentes, a la monarquía española y a los delegados de la ONU. Comenzó su discurso citando el himno nacional con una modificación importante “los surcos de dolores, la paz germina ya” e hizo hincapié en que “lo que firmamos hoy es una declaración del pueblo colombiano ante el mundo de que nos cansamos de la guerra, de que NO aceptamos la violencia como medio para defender las ideas; de que decimos –fuerte y claro– ¡no más guerra!”.

Agradeció el trabajo de las Fuerzas Militares, a la comunidad internacional y al equipo negociador de las Farc y  expresó que “No estamos –seguramente nunca estaremos– de acuerdo sobre el modelo político o económico que debe seguir nuestro país, pero –tal como lo dije en La Habana– defenderé con toda la determinación su derecho a expresar sus ideas dentro del régimen democrático, porque esa es la esencia de la libertad dentro de un Estado de derecho”.

La firma

Fue uno de los actos principales y no se dio espera a la terminación del acto sino que, por lo contrario, inauguró como tal la jornada. Con un balígrafo, Juan Manuel Santos y Timoleón Jiménez sellaron el acuerdo que pone fin a uno de los conflictos armados más antiguos de Colombia. 

Sin embargo, aún queda pendiente el resultado del plebiscito del próximo 2 de octubre, en el cual el pueblo colombiano votará para aprobar o desaprobar lo acordado. 

Además de esto, queda el reto del posconflicto, la reparación a las víctimas y las garantías de no repetición, así como el cumplimiento de respetar el ejercicio político de los futuros exmilitantes y también las negociaciones ya anunciadas pero pendientes entre el Gobierno y el Ejército de Liberación Nacional -ELN-,  y el accionar de los demás grupos al margen de la ley, en busca de una paz completa, con cambios y duradera.


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